En medio de una ola de robos en comercios en varias provincias argentinas, el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, ha expresado su consternación calificando los saqueos como “trágicos” y estableciendo un paralelo con la crisis socioeconómica del año 2001. Esta declaración del economista y diputado nacional, quien recientemente ganó las elecciones PASO, se suma a las tensiones políticas que rodean los recientes disturbios.
“Es trágico volver a ver luego de 20 años las mismas imágenes de saqueos que veíamos en el 2001. Pobreza y saqueos son dos caras de la misma moneda”, expresó Milei en sus redes sociales. El candidato, que ha estado promoviendo un enfoque alternativo a la gestión económica, subraya la gravedad de la situación y la necesidad de un cambio en el rumbo del país.
El vínculo establecido por Milei entre los saqueos actuales y la crisis del 2001 refleja su postura crítica hacia la “casta política” y su llamado a una renovación en la administración pública. El candidato ha enfatizado que la sociedad está justificadamente enojada debido a décadas de mala gestión y corrupción en la política argentina.
En línea con su enfoque político, Milei reafirma su mensaje: “Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre. ¡Viva la libertad, carajo!”. Sus declaraciones resuenan en un escenario político polarizado donde las demandas de cambio y el cuestionamiento de la clase política tradicional ganan fuerza.
En contraste con la perspectiva de Milei, el Gobierno nacional ha comunicado que los hechos no son saqueos en sí, sino más bien acciones “incentivadas” con la intención de provocar disturbios. Según el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, estos episodios son impulsados por un sector reducido y buscan generar conflicto.
El ministro ha revelado que desde la semana pasada se han detectado intentos de organizar eventos de esta naturaleza a través de WhatsApp, resaltando un elemento de planificación detrás de los disturbios. Aunque se ha especulado sobre motivaciones políticas, Fernández argumenta que la principal intención es crear conflicto y no está relacionada con la gestión gubernamental.